El tiempo no pasa más, dije… No,
siempre pasa de la misma manera, respondió.
Este tema es algo que más que la atención, deja a uno pensando, en mi mundo la “cronicidad” es eterna, el tiempo transcurre siempre igual, pero en su mundo, sucede algo raro… Se mezcla, al transcurso del tiempo, algo particular que son las sensaciones; que obviamente los confunde.
Este tema es algo que más que la atención, deja a uno pensando, en mi mundo la “cronicidad” es eterna, el tiempo transcurre siempre igual, pero en su mundo, sucede algo raro… Se mezcla, al transcurso del tiempo, algo particular que son las sensaciones; que obviamente los confunde.
Las sensaciones a las que me refiero, son aquellas que sienten cuando creen
que el tiempo pasa lento o rápido, cuando realmente el paso del mismo siempre
es igual, buscar explicación alguna puede ser fácil, diciendo que dependiendo
de lo que se hace durante ese tiempo, la sensación será una u otra. Para quien
se entretiene, y/o está haciendo algo a gusto, el tiempo le pasará rápido; lo
contrario sucederá para aquel que este aburrido, o no tenga nada que hacer, o
bien, haciendo algo a disgusto, se volverá el tiempo un liquido espeso que no
cae nunca y no termina de diluirse.
Existe una manía, que es la de querer alargar el tiempo, es ridículo, pero
sé que más de uno lo pensó y hasta lo deseó, eso de necesitar y querer tener
más tiempo para destirparlo en lo que uno quiera o necesite.
También existe una rara angustia que a algunos se les presenta al ver el
tiempo pasar, es una sensación que se da en quienes generalmente tienen una
visión amplia de transcurso, y llegan a planteos tales como, “ya hace tantos
años que sucedió tal cosa”, “ya no soy un niño”; entra en juego una angustia
relacionada con la nostalgia, o también están quienes se angustian de ser cada
día más viejos, y obviamente, más cercanos a la muerte.
Deberían
vivir hacia dentro, con el tiempo interno, del interior… Con el tiempo que no
dicta ordenes, ni evoca nostalgias, ni trasciende el espacio, el tiempo que es
porque somos, el tiempo que no se alimenta a segundos, ni a horas, el tiempo
indivisible del interior, quien no admite mitades, ni cuartos, ni tres
cuartos.. Esa nada, pero a la vez tan todo, ese imprescindible pero ignorado…
Tal vez
sea el tiempo del sueño, tal vez… El que te hace creer que existe la eternidad
en cinco minutos externos, que existe lo breve en ocho horas eternas… Como en mi
mundo.
Felipe Peiro.-