El día, no es más que la vida misma... Es un día largo en el que amanece y anochece.
No hay ayer ni mañana, no hay "algún"… es “uno” solo.
Es más tarde y no mañana.
Así sucede en mi mundo, día y vida son sinónimos… Porque lo que cambia no es más que la luz o la falta de la misma.
De ustedes admiro la forma ordenada, pero ya es demasiado a lo que nosotros podemos denominar “orden”. Están estructurados, a todo lo hacen así y lo etiquetan de “civilización”. Entiendo que haya cosas que les resulten para bien, como por ejemplo el día, la métrica del mismo, que ridículamente les sirva. Y no aprecien cosas tan fundamentales como la noche, que es un pasaje temporario, un paisaje “ocultado” por la oscuridad, no tan admirado por ustedes.
Se que puede resultar contradictorio que yo hable mal sobre el día, me dirán que se dividió de manera ordenada la vida, para poder así vivir. En donde las ocupaciones toman protagonismo, y la costumbre y la rutina moldean a su persona. Dividen para estructurar horarios socialmente abalados para dormir y que entran dentro de sus parámetros de normalidad, lo mismo con los horarios para comer, lo mismo con los horarios para cualquier otro tipo de cosa.
Lo que hacen es maximizar, aunque resulte raro entenderlo, dividir el tiempo para hacer uso de un período corto, no hace más que aumentar la atención en lo que suceda en los períodos cortos de tiempo. Es decir, que a lo largo de su día en su mundo los sucesos se analizan, generalmente al finalizar el mismo. En el caso nuestro, no nos detenemos a analizar como ustedes, porque el día es una constante.
Vivan la vida como si fuese un día largo, que jamás tendrán que lamentarse por un mal día. Donde se celebrarán las cosas mínimamente buenas, y se pensará poco en las malas por ser mínimas.
Felipe Peiro.-
