viernes, 28 de diciembre de 2012

Dormi DOS




De par en par, parpadeas, oblicuo metrónomo de libertad humana; en ti el cerrojo estrecho cierra la puerta a la sencillez del todo.
 

Siempre me costó comprender su mundo, que cuando en un lugar es día en otro es noche, cuando allá están durmiendo, acá despiertos. Me cuesta comprender la idea física de lo opuesto.

En uno de los tantos intentos por entender, supuse que el sueño era una materia, una especie de mezcla de elementos químicos que se encontraba dentro del mundo de manera equilibrada, traspasándose independientemente de ser en ser, y que era propensa a atacar de noche. Por esta cuestión siempre habría, de manera equilibrada y aproximada, la misma cantidad de personas dormidas que despiertas.

¿No será que a eso que le llaman noche, se le suma la marea del sueño? Es decir, que cuando va avanzando la falta de luz solar en el mundo, se esparce añadida a tal oscuridad una especie de bacteria que ataca silenciosamente a los seres aportándoles sueño, como si los humanos fueran el recipiente donde se posa ese sueño gaseoso.

Pienso que es posible que existan, en su mundo, las personas hermanas de sueño; las mismas están ubicadas en lugares geográficamente dispares,  alternando sueño entre ellos, mientras uno duerme, dos están con sus ojos abiertos.

En mi mundo los despiertos son todos los que andas libremente en el, sin que estén sujeto a la imaginación de ningún ser humano. Cuando pasan a ser imaginados, se convierten en dormispiertos, porque una parte de ellos duerme, la controlada por la imaginación del hombre, y otra despierta, controlada por el ser imaginario.

¿Qué es dormir sino una cuota de muerte nocturna? 

Felipe Peiro.

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