martes, 21 de agosto de 2012

Duro maduro



Duro maduro. Crece de frente o a oscuras, suele verse. Los espejos siniestros que cargan culpas, estallan en crudos silencios. Maduro, lengua que escupe lo que los ojos ven. 

Existe una paradójica relación del concepto de maduro, la misma es, por ustedes, aplicada a las frutas, plantas, o vegetales varios; pero también es un término que utilizan para con el ser humano.

Se dice que una fruta es madura, cuando está en el punto justo para que el hombre clave sus blancos dientes en ella, y en el que el sabor está en su máxima plenitud.
En cambio del hombre se dice que, es maduro, cuando pierde su sabor, su esencia. Cuando deja de jugar, de hablar tonterías, o cuando deja de mirar a alguien como un ser igual a él, creyéndose diferente; y cuando, las preocupaciones y responsabilidades pasan a ser otras.

Madurar o no madurar. ¿Es esa la cuestión? En su mundo parece que lo es.

Es medio ilógico, dicen que un vegetal es un ser inferior a ustedes, por tener la suerte de no razonar, que créanme, es suerte. No sé cómo probaron eso, pero en caso de que razonen, se verían más esclavos que lo que pudo haber llegado a sentirse cualquier ser humano esclavizado a lo largo de toda la historia. Sus vidas dependen del hombre, cuelgan de un hilo tan estrecho y tan rasante al filo de las manos mismas, que no pueden no ser esclavas a sus consciencias.

El vegetal es una marioneta, créanme, una marioneta a la que sin titubear, le cortan los hilos. 

Me pregunto cómo hacen para darse cuenta de cuando alguien ha madurado, pero creo saber e imagino cómo; y es por parámetros. Los malditos parámetros, las costumbres, o el común general; como más les guste a ustedes decirle.

  • Que si tiene determinada edad, es más lógico que sea maduro, sería una locura que un niño de 8 años lo sea.

  • Si deja de hablar de dibujos animados, para pasar a hablar de cine para mayores de cierta edad, por ejemplo, es porque maduró.

  • Es inmaduro si ríe por un chiste infantil, o ríe por tonterías, claro está. Debe de reservar la risa solo para ciertos chistes, o determinado humor.

  • Y, sobre todo, es maduro, si sabe callar y reprime sus pensamientos.

Dicen que madurar proviene de la experiencia, que dicha experiencia solo puede ser alcanzada por un crecimiento, por el tiempo, tema del que ya hable en “Desmedida edad”.

Me resulta rarísimo el pensar, que un ser tiene que estar expuesto, dispuesto, y meramente consciente de que, allí afuera, debe crecer, experimentar, solo por el hecho de verse maduro.


Felipe Peiro.-