miércoles, 26 de septiembre de 2012

Sombra




Extensión de noche sobre la tierra, cuota de oscuridad misteriosa, fiel seguidora taciturna.


Siempre lo noté como algo asombroso y misterioso desde que llegué a su mundo; la sombra, ¿qué es lo que tiene la sombra que llama tanto mi atención? Detrás de ustedes o delante, pero juntos, abrazada, amalgamada al ser mismo; de aquí hacia allá, firme fidelidad que no entiende de divisiones.

Para ustedes, su existencia es gracias a la luz, cuando se proyecta la misma sobre un cuerpo, del lado contrario queda un sitio exento de la misma y de esta manera, se crea la sombra. Para mí y para mi observación, su diferenciación proviene si, de la luminosidad, pero no su existencia.


A la sombra la veo como un retazo de noche, una noche que siempre está presente en el día, pero que es opacada poco a poco por la luminiscencia que aparece con el alba y se mantiene por horas hasta que la sombra se expande para convertirse en extensa sombra y así, en noche.

En todo día hay noche, en toda noche día.

Me dirán que existe la sombra también de noche, la que proviene de la luz de la luna, pero esa iluminación no es más que la luz del sol reflejada en la misma. De esta manera, yo comprendo que en todos los cuerpos hay noche, pero siempre hay un sitio donde da el sol.

Nosotros nos sentimos más expuestos de día y disfrutamos de la noche, la oscuridad nos da la paz para ser, nos resguarda, somos libres. ¿Será la existencia de la sombra, motivo para que se sientan más protegidos? ¿Será que le garantizan noche y la serenidad de la misma, en simples cuotas para que puedan, como nosotros, tener paz y ser?

En mi mundo, la sombra no existe, ni de noche, ni de día.



Felipe Peiro.-

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